Cerrando capítulos

Hay una sóla manera de vivir. Es arriesgada, pero siempre funciona. Es preciso afrontarla momento a momento. Entregarse totalmente. Aunque no parezca funcionar. Hacer todo, aunque se sienta miedo. Abrazar todo lo que llega, aunque se sienta miedo. Soltar todo aunque se sienta miedo de perderlo.. El miedo es la mayor mortaja. Necesito dejar de sentir miedo. Ahora sé que puedo decidir, si quiero. No hay nada que pueda perder. Ahora sé que cuando algo duele mucho es porque me estoy aferrando a ello.Voy a cruzar con vos el río, y cuando llegue con vos a la otra orilla, te abrazaré, te diré cuánto he llegado a amarte. Después regresaré. No voy a volver a usar tu ausencia para justificar mi miedo. No voy a utilizar tu ausencia para justificar mi soledad. Nadie puede amarme como vos lo hiciste, es cierto... pero puede amarme a su manera, con sus propios regalos, con sus propios milagros y miserias. Se necesita mucho coraje para dejar entrar a alguien. He tardado 3 años en imaginarme cómo sería esa ternura de ver al otro comerse despacito un alfajor de chocolate, con los ojos chiquititos por haber pasado una noche en vela. Me da miedo comenzar algo nuevo, caer en la ilusión para después desmoronarme. Darme cuenta que quiero seguir con vos, acunándote, con el pecho abierto, hasta morir del todo. Pero debo intentarlo. Debo arriesgarme, porque nadie debe ni puede vivir sin amor. Nadie debería resignarse. Necesito sentir su beso. Necesito que me acaricie la espalda.... Tanto tiempo... pero ahora, voy a dejar que alguien me diga qué bonita soy sin cuestionarlo. Y voy a cerrar los ojos cuando me acaricie la cara. Y voy a confiar. Ciegamente, como confié en vos aquella fría noche de julio, hace ya casi 4 años.