viernes, 30 de diciembre de 2011

Soy responsable de lo que digo pero no de lo que ud entienda

Las personas nos diferenciamos de las cosas porque,  justamente, las cosas tienen una utilidad y una vida útil. A qué viene esto? A que todos en algún momento nos hemos sentidos usados como cosas. Acaso nunca te cruzaste con este tipo de individuos que usa cual mantis religiosa, sacando lo mejor de vos y luego descartando? Es esa gente que se dice algo pero que, en verdad, no llega ni a ser eso: una cosa. Obvio, si uno va por la vida largando veneno, si va sorteando mentiras y verdades, como en una carrera de obstáculos, llega un momento en que los otros ya no son más que medios para conseguir algo. Uno, que sabe que no tiene nada que perder, que se cree igual a los demás, se plantea, desde la lógica de una persona “normal”, que no es tan importante como para lograr que el otro modifique, radicalmente, su personalidad (¿?), para encajar. Es ahí cuando uno confía. Y se convierte, sin quererlo en una pieza. Digo, pieza, porque las piezas encajan. Uno se transforma en esa pieza que le falta al otro para sentirse completo. Mejor dicho, poderoso. Y cuando te convertís en pieza, quedás cosificado, sos una cosa.  El egocentrismo y sus matices, -como la falsa modestia - es algo que no soporto, que detesto profundamente. Me da asco descubrir en alguien en quién confié, éste tipo de actitudes. Si bien soy una persona, digamos, razonable, -no porque tenga razón, sino porque razono - hay cosas con las que soy terminante y no tengo puntos medios. Para mí, uno es sincero y leal, o no lo es. Punto. La sinceridad a medias no existe. Igual, entiendo, que cada uno mide desde su lógica (hace unos días escuché decir "pero mentir no está mal"... y bueh, qué sé yo, son tus valores, corazón) Mi escala de valores es, a saber: cuando alguien actúa de manera falsa e injusta con los demás, por más que no sea a mí a quien lastíma, me resulta inevitable hacerme la pregunta siguiente: ¿Soy tan importante como para creer que, lo que Fulano le hace a Mengano, mañana no puede hacérmelo a mí?, y la respuesta, mis queridos lectores, por supuesto es: No. No lo soy. Creer que soy diferente y que a mí esas cosas no me pasan es, además de egocentrismo y negación, una ilusión óptica, una boludez tamaño XXL Cegar a quienes creyó dominar, a aquellos a quienes, pensó, tenía en la palma de la mano, es sinónimo de triunfo, y eso para esta gente, está por sobre todo lo demás. No importa haber lastimado, el mea culpa no existe. Es algo para lo que no hay lugar. Estas historias me generan impotencia, la hipocresía me genera impotencia. Ver cómo, muchos, venden algo que no son, la habilidad que poseen para encantar, usar, descartar, tirar y, no conformes, salir gritando a los cuatro vientos que son víctimas y no victimarios, me da náuseas. Lo peor de todo, es eso, que no sólo van por la vida manipulando personas, sino que además, tienen el rostro de ofenderse cuando uno les saca la ficha.
Está demás decir que para mí, hay cosas que no son mensurables, no son analizables y, desde un punto de vista ético, hay actitudes buenas o actitudes malas y yo elijo, una y mil veces, mi forma de actuar, me involucro, reacciono, pienso, pero sobre todo, me hago cargo. No soy prejuiciosa, no soy de juzgar, pero hay una diferencia enorme entre no juzgar, y no decir. Yo, digo. Es el único modo que encuentro para ser coherente conmigo misma. Pero decir, no necesariamente implica que el otro escuche.
----------------------


Ahora por favor, agarren un garrote enorme y péguenme hasta dejarme inconsciente. Les doy permiso para usar picanas, antorchas, hantavirus, y todo lo que se les ocurra para aleccionarme de una vez por todas, por favor, sean creativos con sus torturas, innoven, innoven que llegó fin de año. 







domingo, 25 de diciembre de 2011

Amor venenoso

No es drama ni tragedia. Es pura química. ¿Qué nos lleva a seguir una relación que nos hace infelices? Esas relaciones tóxicas que nos complican la vida existen desde el momento en que nos enamoramos de una idea y no de una realidad. El subconsciente, tan hijo de su madre, crea una historia de amor, donde esa persona que nos re jode la existencia, es el amor de nuestra vida, la que siempre habíamos esperado. Todo es tan claro, resta más de lo que suma, cerramos los ojos ante cosas obvias en parte porque somos tontos (apreciación simple y propia) y porque nuestro cuerpo pide esa sustancia "tóxica" que nos produce esa relación identificada por el riesgo: un día tu amor te busca, al otro no te registra. Un día te hace sentir una reina, al otro te ignora panchamente. Y claro, cuando sucede la fase buena del asunto, producimos adrenalina, mucha adrenalina, maripositas en el estómago awwwww < 3 Nuestro cuerpo y mente están en ese constante riesgo y se hace adicto a la adrenalina causada por la incertidumbre de saber cómo nos tratará nuestra cosita hermosa hoy.
Es una cagada en realidad, imaginate que confundís esa carga de adrenalina con amor... y seguís "apostando", seguís dejándote ganar por la adicción al venenito. Quien probablemente sí sería la pareja perfecta, no nos interesa porque como no hay riesgo, no hay adrenalina, no hay ese nudo en el estómago... entonces decimos que no lo queremos.Y ojo, que los promotores del veneno no necesariamente son unos hdps, puede darse que simplemente no nos quieren lo suficiente para hacernos sentir amor en lugar de despertarnos esa inestabilidad emocional. No saben o no pueden querernos sin necesidad de generarnos venenito adictivo del malo. ¿Responsabilidades repartidas en forma equitativa? Mmmm, dudo que en otras adicciones la responsabilidad sea repartida en partes iguales entre el adicto y el objeto de adicción. 
Para salir de esta trampa, de este patrón, se requiere de amor a uno mismo y fuerza. Admitir que esas personas que tanto querés y pensás que no podrías vivir sin ellas, realmente no hacen más que dañarte. 
Hemos llegado a meternos con personas que aparte de no tener nada que ofrecer, no quieren aceptar lo que ofrecemos. Pero como pensamos que no somos lo suficientemente buenas,  nos quedamos ahí dando más y más, esperando que lo acepte, pero nunca lo va a hacer. Por tener miedo al abandono, hacemos cualquier cosa para evitar que una relación se disuelva. Como dicen por ahí, hay razones del corazón que la razón no entiende. Debe ser verdad, es la única forma de explicar que nos dejemos pisotear y sigamos apostando aún sabiendo que a la otra parte poco le importa seguir jugando con nosotros.


jueves, 22 de diciembre de 2011

Sin uds. no sería nada...

Y con uds. tampoco pero bue, es lo que hay xD Pasa que ando desvelada, con calor y se me dio por toquetear el diseño del blog, y mientras tocaba, recordé que nunca agradecí a los seres que van dejando su puntito rojo en el globo terráqueo (marcador de visitas, por si no te diste cuenta) Me encanta ver esos puntitos, incluso llego a saber quiénes son algunos de ellos =) Hace tiempo me preocupa un punto rojo que hay en el Atlántico, en las costas de África... en medio de la nada. Primero pensé que sería un náufrago con una notebook, prendido a algún madero pero pasado ya meses de seguir viendo el  puntito, dudo que la batería le durara tanto. Además, naufragar y no tener nada más importante que hacer que leer el blog es como medio improbable, no? Además bis, naufragar y no soltar la notebook, es como medio raro, no? Además bis bis, naufragar, no soltar la notebook y que no se te moje es como medio imposible, no? El caso es que hay un puntito rojo en medio del océano en las costas de África (si un día me llega un S.O.S, me muero)
En finssss, gracias a todos los que visitan el blog, a los que leen y se hacen cargo, a los que leen y me comentan acá, por mail, por msn, en el fb, en vivo y en directo y a los que leen y jamás lo admitirían. Si algo de lo que escribo les saca una sonrisa, una puteada, una reflexión, un suspiro de aburrimiento, me quedo más que satisfecha, el asunto aquí es provocar.
Puntito rojo de la India recién estrenado. Te acabo de ver =) Si podés, a la vuelta marcame un puntito en Dubai. Es como la figurita difícil.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Y qué vas a hacer el resto de tu vida?

Te formaste una imagen mental de la perfección con el fin de ser lo suficientemente bueno. Creaste una imagen de cómo deberías ser para que los demás te aceptaran. Intentaste complacer principalmente a las personas que te amaban. Al tratar de ser lo suficientemente bueno para ellas, creaste una imagen de la perfección pero no encajás en ella. Creaste una imagen pero no es una imagen real... bajo ese punto de vista nunca serás perfecto. NUNCA. No sos lo bastante bueno para vos mismo porque no encajás en tu propia imagen de perfección. Te resulta imposible perdonarte por no ser lo que desearías ser, o mejor dicho, por no ser quien crees que deberías ser. No podés perdonarte por no ser perfecto. Sabés que no sos lo que creés que deberías ser, de modo que te sentís falso, frustrado, deshonesto. Intentás ocultarte y fingís ser lo que no sos. Utilizás máscaras sociales para que los demás no se den cuenta, te da mucho miedo que alguien se dé cuenta que no sos lo que pretendés ser. Juzgás a los demás según tu propia imagen de perfección, y naturalmente no alcanzan tus expectativas.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Callate la boca y pinchame

Por alguna extraña razón, la mina que me saca sangre en el lab donde siempre me hago los análisis siente que decirle varias veces su nombre al paciente en desgracia tiene un efecto sanador, amortiguador, tranquilizante o como quieras llamarle. Pues no, no, no y no. Menos aún si no me banco mi primer nombre. "Pasá por acá, Ana. Tomá asiento, Ana. Te voy a poner la gomita en el brazo, Ana. Respirá profundo, Ana y cerrá el puño, Ana. Presioná el algodoncito, Ana mientras yo lleno los tubos, Ana. Listo, Ana. Mi compañera en el mostrador te va a decir cuándo retirar los resultados, Ana. Chau, Ana. Nos vemos, Ana"


Decí que la mina tiene un arte para sacar sangre, que si no hace tiempo  le hubiese clavado la hipodérmica en el ojo al grito de "Esto es Espartaaaaaaaaaaaaaa". Por el amor de Alá, esas costumbres ochentosas enquistadas me hinchan la vena. Los que respetan ese tipo de protocolos como el "Muchas gracias por su compra" merecen ser golpeados con el canto de un skate en el medio de la frente -.-


Soné violenta, I know. Ya prendo un incienso y vuelvo al estado zen. Soy una con el universo. Ommmmm.









miércoles, 7 de diciembre de 2011

Los huecos blancos son sólo para el ajedrez

Sobrerero loco: Podrías quedarte.
Alicia: Una gran idea. Una loca, demente y maravillosa idea. Pero no lo haré. Aún tengo preguntas que responder y cosas por terminar... volveré cuando menos lo esperes.
Sobrerero loco: Te vas a olvidar de mí.
Alicia: No te olvidaré. Nunca te olvidaría.