Me da alas. Es un Redbull

Química, piel, llamale como quieras, lo cierto es que existe y no se puede evitar. Resulta, pasa y acontece (como diría mi mosho Mau) que hay un tipo que me desata la tabla periódica de los elementos completita. Qué genial, no? Sep, el tema es que este señor es el papá de una compañera del jardín de mi hija :$ Todo mal... o todo bien, qué sé yo. Es divorciado, tiene una personalidad de esas que wooooow, es re lindo, alto, tiene una voz que omg, se viste divino, en fin, está para un +10 en google. Varias veces cuando dejo a la enana en el jardín se ofrece a acercarme con el auto  -.- Soy tan pelotuda que hago de todo para zafar, me escondo en el supermercado, me excuso en que tengo ganas de caminar y fumar un cigarrillo, que voy para otro lado, mil pelotudeces que me reafirman que soy una boluda importantísima. Cuando no voy yo al cole, el loco trae a mi madre, la cual muy señorona, se sube al auto y viene sin ningún tipo de drama (obvio, ella no lo ve como lo veo yo) Vive cerca de casa, a 2 cuadras y nos conocemos desde la adolescencia. Se había ido cuando se casó y hace un tiempo volvió. Se ha ofrecido a llevarnos y traernos cuando llueve, cual camioneta escolar ♥. Lo que he huido el año pasado no tiene nombre. Y me da bronnnnnnnnca, porque no tengo motivos lógicos para huir. Resumiendo, el martes pasado la bruji chica tenía un cumple unas 10 cuadras de casa y sin un bondi que nos dejara más o menos cerca. La llevé en un taxi y a la noche, tipo 10:30, hora estimada de finalización de la fiesta, la fui a buscar. La noche estaba espectacular así que fui caminando. Llegué 5 minutos antes de que empezara el "delivery" de invitados a sus padres. Me siento en un muro a fumar y veo que estaciona delante de mí, ÉL. Y lpmqlp, no podía huir -.- Los 5 minutos más largos de la historia, que a la vez fueron los más cortos, porque omg qué lindo es ñ.ñ. Hablamos trivialidades, la típica "cómo pasaron las fiestas" y demás, mientras yo no sacaba la vista de la puerta de la maldita casa donde se hacía la fiesta, esperando que se abriera de una maldita vez. Acá vuelvo a la química esa que hablaba al principio. Es inevitable la odiosa, te hace sentir diferente y se nota. A la hora indicada se abre la puerta del salón y salgo disparada (qué pelotuda, por dios) a buscar a la gorda y ahora sí, huir. Mierda, cuando estoy por zafar me dice "esperá que las llevo". Fue más una orden que una invitación, o yo, en el fondo, no tenía ganas de decir que no. Salieron las nenas con sendos globos onda tirabuzón que medían un metro o más, bolsitas, sobreros y  brochettes de malvaviscos que casi me cuestan un ojo. Las subió atrás, les puso el cinturón, agarró el globo de su nena y me dijo "¿me lo llevás? " Yo con cara de babosa, como si me hubiese dicho la súper frase de amor. Subí, y cuando fui a ponerme el cinturón, él lo terminó de abrochar... ahí empecé a hiperventirlar como Melman en Madagascar. Y así venía yo, sentada a su lado, rozando su brazo cada vez que metía un cambio, con un globo rojo y uno verde entre las piernas, un palo puntiagudo amenazando mis ojos, y la tabla periódica de los elementos a mil. Nos dejó en la puerta de casa, le entregué su  globito, y tratando de no perder la compostura abrí la puerta del edificio, me metí y casi colapso una vez fuera de su vista. Qué lindo essss y qué lindo se siente.

Y colorín colorado, la historia de la boluda a pilas ha terminado.