Todo suceso inspirador se convierte en post -.-

Hoy estuve ordenando la biblioteca, devolviendo algunos libros a mi ex (todos de informática, re interesantes xP) y me di cuenta que la que una vez fue mi biblioteca, se está poblando de libros macabros: Blancanieves, Hansel y Gretel, Caperucita Roja, La Cenicienta. La imperiosa necesidad de los niños de vivir en un mundo de fantasía ha desplazados libros como “El Arte de Amar” y “Kamasutra ilustrado” los cuales he tenido que guardar, con el lomo hacia atrás. Yo me negué mucho tiempo a comprar esos libros (los clásicos infantiles) pero lograron entrar (era obvio) por medio de regalos, la biblioteca ambulante del cole y simplemente porque son parte de nuestra cultura. Peeeero, los considero una verdadera porquería que pintan una fantasía bastante perversa, oculta en aparentes cuentos de hadas. Además, si te ponés a pensar, ¿cuántas hombres malos hay en los cuentos infantiles? 2 ó 3, los demás personajes siniestros ¿qué son? mujeres!!! Las madrastras hdp y las brujas están en tooooodos los cuentos, en cambio te encontrás un ogro allá a las cansadas, cuando ya leíste 2342523 historias de pobres hombres, a cargo de sus hijos, que tuvieron la mala suerte de casarse con mujeres malassss, muuuuuuy malassssssssss, y ellos, santitos, se la bancan tranqui sin mover un dedo para sacar a sus hijos de la situación de mierda en la que los metieron. Y no hablemos de las consecuencias a largo plazo: todas las mujeres terminamos esperando que venga un príncipe azul a hacernos felices, o que el sapo verde y arrugado se transforme de una buena vez en el hombre ideal.
Mirá estos detalles, qué lujito. Decime si no es lo que querés que tus hijos escuchen o lean antes de dormirse y procesar la información adquirida en el día:

Blancanieves: La pobre princesa es bardeada mal por la madrastra, quien está re caliente por la belleza y juventud de la muchacha. Tan sacada está que contrata a un sicario para que se lleve a Blanquita al bosque y la pase a cobre. Peeeeero, Blanqui, se lo conversó y conquistó de alguna forma (no sabemos detalles pero el negro se vino contento del bosque). La cosa es que Blanqui, zafa del cuchillo, encuentra una casa habitada por 7 enanos (sin comentarios), se instala y la pasa bomba con los seven tipos. Pero claro, no podía durarle mucho la joda. Una mañana, aparece la vieja trola de la madrastra, le da una manzanita rellena de pasta base, y la pelotuda de Blanqui, hambrienta y medio dormida luego de una noche de pasión con los 7 enanos, se la morfa. Resultado: empezó a ver hongos y cayó dura. Los enanos, cuando vieron a su concubina muerta, lo primero que pensaron fue quién les iba a lavar los calzoncillos, cocinarles y hacerles las 7 camas (que juntaban a la noche para sus performances maratónicas con Blanquis). Despúes del primer impacto, la metieron en un ataúd de cristal (¿querían ver cómo se pudría?) y así la tuvieron varios días (re morbosos los enanos) Pero OH! OH! OOOOH! un día, acertó pasar por allí un príncipe que al ver a Blanquita se enamoró perdidamente (necrofílico el prince) No sólo se enamoró, sino que la creyó una Carmelita Descalza (helloooo, está mina murió dada vuelta por una sobredosis, en la puerta de la casa que compartía con 7, SIETEEEEE, enanos perturbados) El amor es ciego, el principito le da un beso a la atorranta, que ya sabemos que era ninfómana, y al sentir un macho cerca, despiertó. Awwwwwwww ♥ Y fueron felices para siempre... Menos los enanos, que tuvieron que conformarse con los serviciios sexuales de la madrastra bruja.
Ok, por ahí exageré un poco en el final. Acepto que es mi final alternativo, todo lo demás, es cierto.

Me cebé escribiendo, tengo sueño y por ahí si sigo voy a empezar a delirar (?) Los otros cuentos van en próximos posts. Stay tuned.